Idoia Cuesta. Cestería contemporánea
Ha convertido la cestería tradicional en contemporánea. Comenzó como tejedora y ahora Idoia Cuesta es una artesana multidisciplinar. Llegó a Galicia desde el País Vasco para completar su tesis doctoral: “hice Biología y de hecho empecé a investigar en Biología Marina en la Facultad de Veterinaria en Lugo. Hice los cursos de doctorado en Santiago y estando en Lugo fue cuando descubrí el Centro de Artesanía y Diseño”, explica. Está feliz de su paso por la universidad, “te hace madurar de diferente manera”, nos cuenta, pero desde siempre había querido estudiar Bellas Artes: “cuando salí del instituto te asesoran los profesores, mis padres, y no querían que hiciese Bellas Artes… hay que hacer una carrera que sirva para algo, decían”.
Finalmente la vida la ha ido llevando hacia la artesanía. Ha continuado su formación en este campo dando respuesta a todas sus inquietudes a nivel artístico: “me fui formando y haciendo diferentes cursos en Santiago, en Gondomar… No solo de textil y cestería, sino también de esmaltes, de técnicas de carpintería… he hecho un poco de todo, una formación multidisciplinar”, añade Idoia.
Todos los veranos desde que llegó a Galicia se inscribía en cursos de formación en el Centro de Artesanía y Diseño de Lugo: “a la vez que estaba en la universidad, hacía los cursos. Los primeros fueron de tejedurías, empecé con el textil, soy tejedora de telar bajo lizo y, de hecho, mi primera carta de artesana es como tejedora”. En esos cursos descubrió que la cestería era lo que más la motivaba. Abrió su taller en Outeiro de Rei en el año 2004 y desde entonces no ha parado de crear y de innovar.
El secreto de su arte es precisamente mezclar y fusionar todos los conocimientos y técnicas que ha ido adquiriendo a lo largo de los años: “al final es un poco lo mismo, es aplicar todas las técnicas de tejido, y llevar la tejeduría al 3D, al volumen, que es la cestería y, en lugar de trabajar con fibras textiles, pasé a trabajar con fibras vegetales”, explica. “Ahora estoy haciendo cestería textil que es un poco la base de mi trabajo: aplicar todas las técnicas que conozco pero con materiales o fibras textiles”, nos cuenta.
Reivindica la contemporaneidad de su oficio. Muchos de los usos de los cestos tradicionales se han ido perdiendo con el paso de los años e Idoia Cuesta consigue adaptarlos a los nuevos tiempos. “Sigo manteniendo todas las técnicas tradicionales que es de lo que yo realmente aprendo, a través del trabajo de investigación y búsqueda de etnografía”, explica la artesana, “hay que ver cómo estaban hechos los cestos antes y cómo se utilizaba la cestería en un montón de ámbitos. Lo que he hecho ha sido traer la cestería a este momento actual y darle otro enfoque”.
Idoia Cuesta ha colaborado con la firma Loewe y con la diseñadora Sara Coleman
Desde su taller de Outeiro de Rei elabora las colecciones que presenta tanto en ferias de artesanía gallegas, como en ferias profesionales fuera de Galicia, en Londres o París. Allí establece contacto con tiendas para posteriormente trabajar sobre pedidos. Fue precisamente en una de las ferias internacionales en la que participó donde una casualidad la puso en contacto con la firma Loewe: “fue una casualidad que te pasa una vez en la vida, una sorpresa”, recuerda. “Ha sido un salto cualitativo también a la hora de aprender a trabajar en cuanto a logística y a saber combinar un equipo de trabajo para poder tener la capacidad de producir todos los bolsos que nos encargaron”, añade. El equipo de diseñadores de Loewe ya tenía en la cabeza la colección e Idoia desarrolló el soporte técnico: “lo que hicimos fue ver cómo poder aplicar las técnicas de cestería y tejido que yo conocía, a la piel”. Otra de las colaboraciones de las que se siente orgullosa es la que realizó con la diseñadora gallega Sara Coleman: “me propuso hacer una colección de complementos para su desfile en la antigua Pasarela Cibeles de Madrid. Fue una experiencia increíble, donde puedes ver cómo una diseñadora tiene en su cabeza todo el desfile y cómo poder acoplar complementos realizados con cestería e incluso con otras técnicas y diferentes materiales a esa colección”.
Junto a su faceta de producción, Idoia Cuesta desarrolla también cursos de formación, enseñando las técnicas tradicionales de cestería y la cestería de reciclaje. Nos cuenta además que para ella es primordial enseñar lo que sabe y que “la gente pueda seguir también aprendiendo”.
En sus trabajos utiliza el mimbre y otras fibras vegetales. El mimbre lo extrae de una plantación que tiene en las inmediaciones de su taller: “son diferentes especies que hemos traído de Francia, Alemania, Dinamarca, las especies de mimbre que no existían en Galicia y que, sin embargo, se utilizan en otros países y son mucho más flexibles y más buenas a la hora de trabajar y de crear”, comenta.
Un claro ejemplo de cómo desde lo local se puede trabajar hacia lo global: “me interesa también mostrar cómo desde el rural se puede trabajar y se pueden hacer un montón de cosas. No hace falta estar en las grandes ciudades para acceder a mercados globales”, explica. Nos cuenta, que el suyo es “un lujo”: “vivo al lado del río, en una reserva de la biosfera, lo que me permite tener una casa en el campo, un taller y plantar mis mimbres para hacer los cursos y para mi trabajo”. A Outeiro de Rei llegó de casualidad y, por el momento, para quedarse: “vine a recibir un curso de una vecina mía que hacía cestos de paja y nos enseñó esa técnica. Cuando vinimos descubrí esta casa que vendían y dije, me quiero quedar aquí. Finalmente la compramos”, recuerda.
Su reto ahora es continuar trabajando, “luchando”, y desarrollar su trabajo como formadora y divulgadora. “La cestería no es solo hacer un cesto, tiene muchas más aplicaciones. Mi labor y mi mensaje es ese, seguir formando y explicando que la cestería se puede aplicar a diferentes ámbitos, no solo al mundo de la moda, sino también en la construcción con mimbre vivo, en jardinería, en paisajismo, en arquitectura y diseño de piezas, en decoración de interiores… El mimbre tiene un montón de aplicaciones”, concluye Idoia.
A la creatividad como artesana se unen además sus ganas por seguir aprendiendo: “hay un gran camino todavía por recorrer y por experimentar. Ahora también voy a viajar a Barcelona a otro curso para conocer un laboratorio de nuevos materiales y nuevas tecnologías para poner a los artesanos en el siglo XXI y que conozcamos las nuevas formas de aplicar tecnologías a nuestras colecciones y productos”, explica.
Idoia ha conseguido convertir su pasión en su medio de vida. La artesana destaca, además, la importancia de formar equipo y poder colaborar con artesanos de otros oficios y diseñadores de diferentes ámbitos: “es un poco lo que tenemos pendiente los artesanos. Solos es muy difícil y todos los proyectos interesantes surgen de las colaboraciones” añade.